La actividad física es indispensable en nuestra vida, puesto que el hacer ejercicio es el entrenamiento voluntario que se enfoca en mejorar nuestras capacidades físicas integrales.
Independientemente de la rutina o práctica que desempeñen, es comprensible que haya momentos en que no encuentres la motivación para hacer ejercicio. Puesto que, aunque solo sea una pequeña fracción de nuestro día, por algún motivo la mente nos hace pensar que se trata de un gran esfuerzo.
Debemos entender que, sin sacrificio, no hay recompensa, pero es comprensible que un día no sintamos el mismo impulso que nos levantaba con anterioridad.
Como especialista en coaching nutricional y deportiva puedo proveerte de un plan nutricional y una rutina adecuada específicamente para tus necesidades y deseos. Pero, en el artículo de hoy, voy a describirte algunas recomendaciones para volver a centrarte en tu meta y recuperar la fe en el proceso y tus objetivos.
¿Por qué no tengo energía para ejercitarme?
El ejercicio exige llevar todas las capacidades físicas, respiratorias y mentales a un mayor nivel, de manera que estos se beneficien a largo plazo mejorando su rendimiento.
No obstante, a pesar de que todos sabemos lo beneficioso que resulta el mantener una rutina de ejercicios activa y desafiante, hay temporadas en que no nos entusiasma, pues te enfrentas a un momento de agitación, sudoración, agujetas, cansancio, en contra de quedarte cómodo en la comodidad de tu casa.
No obstante, aunque gran parte de la motivación para hacer ejercicio debería ser por propia convicción, puede que haya otros factores extremos que no la favorecen.
Por ejemplo, si te inscribes en un gimnasio muy lejos de donde vives; si se trata de una actividad que no te es afín o tal vez el horario de trabajo interfiere con tu tiempo de ejercicios. Como apreciamos, son obstáculos que podrían ser un impedimento total, pero claramente pueden disminuir tu ánimo o impulso.
Por otra parte, es necesario hacer énfasis en que la pérdida de peso o tu proceso de transformación corporal no son trayectos lineales. Por el contrario, está repleto de momentos altos, bajos y medios que deben ser entendidos para no perder de vista el objetivo. En especial, hay que hacernos a la idea que todo proceso lleva tiempo, por lo que requerimos un alto grado de pasión, determinación y compromiso. Y, sobre todo, el apoyo incondicional de tu coach en nutrición deportiva.
5 formas de encontrar la motivación para hacer ejercicio
En un principio, podemos analizar qué factores externos son los que intervienen en el cumplimiento de tu rutina. Pero también necesitamos recobrar el compromiso en el desafío que se ha planteado, por supuesto, requiere de dedicación y esfuerzo, pero es la forma de alcanzar lo que queremos.
Puesto que, el primer paso para encontrar la motivación para hacer ejercicio es recordándonos reiteradamente porque empezamos en primer lugar.
Pero, además, dispongo para ti una serie de recomendaciones para que vuelvas a sentir el impulso de levantarte con energía a perseguir tus metas:
Inscríbete en disciplinas que te gusten
Sabemos que es mucho más probable que tengas la motivación para hacer ejercicio si te gusta la actividad que desempeñaras.
Ello es debido a que, aunque una membresía en un gimnasio equipado puede ser una gran opción por la variedad de máquinas, puede que con el tiempo te presione demasiado. Puesto que, a lo mejor, asistes en un momento en el que hay demasiada gente o a una hora en la que tu cuerpo no tiene suficiente energía.
Por tanto, más allá de encajar esta rutina de ejercicios a tu vida diaria, procura que sean disciplinas que te diviertan y entretengan.
Como el baile, el senderismo, yoga, caminatas, spinning, entre otros. Incluso si nunca lo has practicado, atrévete a probar con actividades nuevas, seguramente eso también te llene de entusiasmo.
Busca un compañero de ejercicio
Otra manera muy eficiente de mantener la motivación es conseguir a un amigo que te acompañe a ejercitar.
Es más probable que sientas el compromiso de asistir si sabes que alguien más depende de que vayas. Además, también puede ser un impulso interno bastante favorable, ya que ambos podrán darse ánimos y ayudarse, lo cual volverá la práctica mucho más amena.
Adicionalmente, podrían elegir recompensarse sanamente al final de la jornada de ejercicios, como tomando un café.
Fija objetivos realistas y sanos
Todos quisiéramos poder bajar de peso y tener el cuerpo que deseamos rápidamente, pero desafortunadamente debemos ganarnos las recompensas. Por esa razón es importante proponerse objetivos alcanzables y realistas cuando empezamos una rutina de ejercicios, de manera que sepamos que las podemos cumplir y sentirnos conformes con eso.
No hace falta exigir a tu cuerpo 7 días de ejercicios con rutinas de muchas horas. Mientras que establezcas un entrenamiento que te guste y que se adapte a tus capacidades, seguramente siempre tengas motivación para hacer ejercicio.
Arréglate para ir a entrenar
Aunque te parezca una recomendación superficial, en realidad el comprar ropa de entrenamiento puede motivarte mucho a ir a entrenar. Ya que, en muchos gimnasios o centros de entrenamiento hay espejos, por lo que poder verte bien te elevará la autoestima y será como un golpe de energía.
Así que puedes procurar invertir un cierto capital en conjuntos deportivos, camisetas, medias, tenis, y todos esos complementos que conforman un outfit sport llamativo y a la moda.
¡Diseñemos un plan a tu medida!
Como profesional en nutrición y deporte sé perfectamente que cada caso es distinto y requiere atenciones personalizadas.
Por esa razón, muchas personas no encuentran suficiente motivación para ejercitar, pues no se sienten identificados o atraídos con la actividad que desempeñan. Por tanto, resulta fundamental que podamos trabajar juntos en una rutina diseñada específicamente para ti, lo cual es un factor sumamente motivante.
Además, el contar con el apoyo de una especialista con más de 10 años de experiencia en la nutrición deportiva también será un apoyo trascendental porque te brindaré las herramientas y el apoyo moral que crees haber perdido.
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